La ferrería

Desde finales de la Edad Media hasta el siglo XIX, la principal actividad económica en Gipuzkoa era la siderurgia, y la infraestructura tecnológica que mantuvo y soportó esa industria fue la ferrería hidráulica.

A pesar de que las primeras referencias escritas de la ferrería de Igartza son del siglo XV, lo que vemos hoy en día es el edificio que se reconstruyó en el año 1782. La ferrería de Igartza obtenía de los bosques cercanos la materia prima para la producción; por ejemplo, el hierro mineral de las minas de Zerain y Mutiloa y la madera de los robledales y hayedos de alrededor, para producir carbón vegetal. Por último, la energía hidráulica necesaria para mover las máquinas la obtenían del río Oria.

En el siglo XIX, la innovación tecnológica acabó con la actividad de las ferrerías hidráulicas.

En el año 1860, dos miembros de las familias que explotaban las ferrerías de Igartza e Ihurre, Domingo Goitia y Martin Usabiaga, junto con Francisco de Arana, crearon, un kilómetro río abajo, la Fabrica de Hierros San Martín,el segundo alto horno del País Vasco.Después, la fábrica pasó a llamarse Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF).

Hoy en día, la ferrería de Igartza conforma un importante paisaje cultural testimonio de la tradición industrial de Beasain.En Gipuzkoa hay tres ferrerías convertidas en museo: Agorregi (Aia), Mirandaola (Legazpi) e Igartza.